Cuando empecé con esta asignatura, pensaba (al igual que
muchas personas) que los cuentos para niños eran todos y cada uno de los libros
para niños.
Que la literatura abarcaba desde escritores, pasando por
hechos históricos y terminando con sus obras.
Que en todos los textos infantiles viene dada una enseñanza
clara que no hace falta deducir.
Y que todos los cuentos que se les leen a los niños son
hechos especialmente para ellos.
Ahora sé que el libro es el elemento físico, con portada,
contraportada y páginas, y que puede contener o no un cuento.
Un cuento es un relato breve de ficción, pero que sea de ficción
no significa que sea fantástico. De hecho toda la fantasía es ficción pero no
toda la ficción es fantasía.
También sé que la literatura es un arte, según María
Moliner: “La literatura es el arte de la palabra”. Que la historia de la
literatura o la teoría de la literatura no es literatura. Y que la literatura
está escrita para ser disfrutada.
Que no todos los textos son literarios, sino que se dividen
en:
-
Paraliterarios: cuyo objetivo es didáctico y se
centran en el aprendizaje.
-
Literarios: Cuyo objetivo es placentero,
disfrutar y se centra en que el niño extraiga su propio aprendizaje. Tiene función
poética, ha de ser un texto de ficción y debe pertenecer a uno de los tres géneros
literarios (narrativa, poesía y texto teatral).
-
No literarios: No tienen función poética y su intención no es artística.
Unas de las cosas que mejor diferencian la literatura de la
paraliteratura son la ficción y la intención artística. Si el texto es real, no
es literario. Pero si el texto es basado en hechos reales normalmente tiene
algo de ficción, por lo que sí que sería literario en ese caso.
También he aprendido que existen dos variantes de literatura
infantil. Una es la constituida por obras escritas para los niños y otra la
formada por obras literarias para adultos, pero que los niños se apropiaron.
Toda esta información pertenece al primer bloque, del cual cabe
destacar también los cuentos de autor.
Los autores saben que no hay nada que le guste más a un niño
que ser protagonista, por eso crean niños o animales personificados que les
permiten identificarse.
El niño protagonista debe evolucionar a la vez que el niño escucha o lee.
El niño protagoniza puede y debe favorecer la maduración psicológica
en el niño lector en tres campos: interiorización del yo, inserción social y
desarrollo lingüístico.
Según la psicología cognitiva de Piaget, el niño hacia los
dos años esta n pleno desarrollo senso-motor. Hacia los siete años se inicia la
reflexión y la interiorización y a partir de los 10 años el niño acepta la
realidad, pero su mayor deseo está en la utopía, las aventuras, la búsqueda de
lo bello y lo bueno como la amistad y la libertad. Pero también siente atracción
por la violencia y la sangre.
La actividad que realizamos en este bloque consistió en
analizar un libro infantil siguiendo unos pasos. Teníamos que, entre otras
cosas, elegir una edad concreta para el libro analizado. Realizar esta
actividad me ayudó a darme cuenta de lo diferentes que son los niños en cada
edad y de que no todo vale.
No es suficiente con coger un libro a voleo y leerlo en el aula sin más. Es necesario
realizar un análisis de ese libro antes de seleccionarlo para un aula ya que de
ese modo podremos saber si es apropiado o no. Si les va a ser útil o no.
En el segundo bloque aprendimos lo que son los textos folclóricos.
Existen tres características fundamentales del folclore: el
anonimato, la oralidad y la multiplicidad de variantes debida a la transmisión vertical
(de generación en generación) y horizontal (en una misma época, sin tener en
cuenta la edad de las personas).
La literatura folclórica es muy importante porque cuenta las
historias de los pueblos, sin ella no conoceríamos muchas de las tradiciones
que había antes en diferentes lugares.
Existen varios tipos de textos folclóricos:
- - En verso: textos para recitar, para cantar y para
jugar.
- - En prosa:
a)
Cuento folclórico: relato breve de asunto
ficticio y carácter lúdico surgido de la tradición oral.
b)
Mito: relato tradicional que cuenta la actuación
memorable de dioses o héroes en tiempos prestigiosos y lejanos.
c)
Leyenda: forma simple de trasmisión oral que
refleja una tradición local.
d)
Fábula: forma breve con sentido moral e intelectual,
protagonizada por animales que reflejan actitudes y pasiones humanas.
No se debe confundir moraleja con enseñanza moral. La moraleja
aparece explicitada al final del relato con el fin de explicar y enfocar la comprensión
de la totalidad del texto. La enseñanza moral puede encontrarse en diversos
lugares de la historia y cada cual puede aplicarla a su realidad a partir de su
propio esquema de valores y de sus inferencias particulares.
Las moralejas no eran comunes en la literatura folclórica.
El teatro folclórico se puede trabajar en el aula con títeres,
ya que la representación de cuentos con marionetas es un recurso didáctico muy
positivo que además favorece la interiorización de argumentos, conceptos y
vocabulario.
Aprendimos algunas fórmulas de entrada y salida para narrar
cuentos ya que antes tenían una función “mágica” para atraer la inspiración (entrada)
y para cerrar el círculo de la narración (salida).
La estructura interna de los cuentos se podría dividir en
planteamiento, nudo y desenlace.
Básicamente el principio de los cuentos parten
del núcleo familiar para comenzar un viaje iniciático y finalizar en un nuevo núcleo
familiar (si superan todas las pruebas del viaje) por eso normalmente acaban en
boda, creando su propio núcleo familiar.
En los cuentos se reflejan los deseos, los miedos y las
ilusiones de las personas.
En este bloque, Irune nos contó, entre otras cosas, el mito
de Cupido y Psique. Fueron dos clases en las que todas estábamos deseando que
empezase a contarlo.
También tuvimos que adaptar el cuento del Hombre de la piel
de oso. Sin duda esta actividad ha sido una de las que más me ha gustado hacer
y también una de las más útiles en mi futuro profesional.
Me encantó darme cuenta de la capacidad que tengo para
imaginar una historia diferente pero con los mismos elementos clave.
De hecho, tras leer algunos cuentos del libro de los 101
cuentos, he hecho yo mis propias adaptaciones. Muchas veces leemos un libro del
que no nos gusta el final o que nosotros habríamos hecho de otra forma. Pues ahora
cuando leo un cuento folclórico que no me termina de gustar, lo adapto y leo mi
propia versión.
Me gustó mucho realizar esta actividad y me habría gustado aprender todo esto antes de las practicas, ya que me habría ayudado a contar o leer los cuentos a mis niños de clase mucho mejor a como lo hice.
En el tercer bloque titulado “la hora del cuento” vimos
diferentes técnicas para contar o leer cuentos en el aula como futuras profesoras.
Vimos la importancia de interactuar con los alumnos, de
dedicar un tiempo definido previamente, de ambientar el aula, de despertar su interés,
de hacerles partícipes, etc.
La primera técnica es la del cuentacuentos. En esta técnica la
maestra no tiene un libro físico que lee o cuenta, sino que debe prepararse
antes de la hora del cuento un cuento folclórico que después contará a sus
alumnos.
No es necesario que se lo sepa de memoria, ya que los cuentos folclóricos tienen muchas versiones y cada uno lo cuenta como quiere siempre que mantenga las características principales. Por eso en esta técnica la imaginación tiene un papel fundamental.
No es necesario que se lo sepa de memoria, ya que los cuentos folclóricos tienen muchas versiones y cada uno lo cuenta como quiere siempre que mantenga las características principales. Por eso en esta técnica la imaginación tiene un papel fundamental.
La siguiente técnica es la narración con libro. Esta técnica
también requiere imaginación, ya que, al igual que la anterior, no se lee, sino
que se cuenta.
La diferencia fundamental con la técnica de cuentacuentos es que en este caso la maestra sí que tiene un libro físico que le sirve como guía y como apoyo si tiene imágenes, pero no lo leerá tal cual. También será necesario que se lo prepare antes de la hora del cuento.
La diferencia fundamental con la técnica de cuentacuentos es que en este caso la maestra sí que tiene un libro físico que le sirve como guía y como apoyo si tiene imágenes, pero no lo leerá tal cual. También será necesario que se lo prepare antes de la hora del cuento.
La última técnica es la de lectura de libro. En este caso la
maestra sí que lee el libro tal y como viene escrito, puede mostrar las imágenes
que vienen en el mientras lo lee o simplemente limitarse a leerlo.
En el primer ciclo de infantil es más adecuado contar un cuento
a leerlo por la interacción, ya que en el primer ciclo les resulta más fácil distraerse,
y si les haces participes hay menos probabilidad de que lo hagan.
En este bloque realizamos una actividad en el aula por
grupos de tres. Cada uno de los miembros del grupo tenía que elegir una de las
tres técnicas y llevarla preparada. Yo elegí la de narración con libro. Me habría
gustado poder realizar las tres técnicas, pero elegí esa porque consideré que tenía
un poco de las otras dos. Por una parte debes tener imaginación y contarlo,
pero por otra tienes un libro físico con imágenes que sirven como apoyo.
Me gustó mucho realizar esta actividad y me habría gustado aprender todo esto antes de las practicas, ya que me habría ayudado a contar o leer los cuentos a mis niños de clase mucho mejor a como lo hice.
En el bloque cuatro vimos la creación de textos con y para
los niños de infantil.
Dedicamos unas cuantas clases a ver distintos métodos de creación de textos y las cosas que no se deben hacer.
Dedicamos unas cuantas clases a ver distintos métodos de creación de textos y las cosas que no se deben hacer.
Por ejemplo, no se deben poner esquinas que pinchen ya que
pueden ser peligrosas para niños pequeños, ni anillas que se puedan abrir, ni
cosas que puedan chupar y les hagan daño… Y a medida que veíamos las cosas que
no debemos hacer, encontrábamos soluciones como redondear las esquinas, pegar
las anillas para que no se abran o utilizar materiales que no sean atrayentes
para chuparlos (como las chuches) ni que sean tóxicos.
Vimos que se podían crear textos en prosa, en verso, dramáticos y por último la creación de los libros.
Este bloque fue más práctico que teórico (como en todos, pero en éste lo consideré más notable) ya que la actividad
a realizar era crear un texto de cada uno de los tipos citados en el párrafo anterior,
incluyendo la creación de un libro siguiendo las pautas de qué hacer y qué no
hacer y apoyándonos con los ejemplos que Irune nos enseñó.
El resultado fue muy satisfactorio y realmente útil para mí
como futura profesora ya que me di cuenta de que había más opciones a parte de
sentarme delante de los niños y leer sin más. Se ha abierto un mundo de posibilidades
mediante las cuales podré interactuar mucho más con mis alumnos y sentir que
estamos haciendo algo juntos, cosa que será buena para ellos pero, por
supuesto, también lo será para mí.
Y ya llegando al último bloque, el bloque cinco. En esta ocasión
vimos cómo crear una biblioteca infantil y tuvimos que hacer la nuestra propia.
Realizamos una actividad por grupos en la que creábamos una
biblioteca infantil para nuestra aula. En esta actividad teníamos que poner en práctica
todo lo aprendido hasta ahora, desde la selección de los libros hasta las características
pasando por la hora que le íbamos a dedicar al cuento y los detalles para que
el espacio fuese útil y fuera de peligro.
En mi grupo realizamos una maqueta de cómo sería nuestra
biblioteca y añadimos un listado de libros que se encontrarían en ella. Desde libros
para los niños hasta uno para la maestra. Quisimos hacerlo atractivo para los
niños, por lo que lo ambientamos como si fuese un castillo y tuvimos en cuenta
detalles como la altura de las estanterías para que llegasen a coger los libros
y la comodidad del espacio, que era muy acogedor.
Conclusiones:
Considero que esta asignatura es de las más útiles que he
tenido. Parece que contarle un cuento a un niño es algo que puede hacer
cualquiera, pero conlleva más cosas de las que nos pensamos. Requiere esfuerzo,
preparación y ganas.
Cuando yo hice las practicas, en mi aula había como mucho 10
libros, todos ellos puestos en una balda tan alta que los niños no podían llegar
a ellos.
Tenemos la idea equivocada de que los libros hay que
cuidarlos y que si se los dejamos a los niños estos no lo harán. Pero debemos
entender que los libros infantiles están hechos para ellos, para que los
disfruten. No sirve de nada tener un aula llena de libros buenos que estén casi
sin estrenar, así no disfrutan de ellos.
He aprendido formas de acercarme más aun a mis futuros
alumnos, de hacer que se interesen por la literatura y que la hora del cuento
pueda ser algo divertido, interesante y producente y no simplemente una forma
de que estén sentados y quietos durante unos minutos.
En cuanto a mi blog, me ha gustado mucho poder realizar cada
actividad y ver que a mis compañeras y a mi profesora les han gustado tanto
como a mí. Pero tengo que admitir que no me terminaba de gustar que me pusiesen
mejoras o tener que ponerlas yo, ya que considero que la que realmente sabe a
ciencia cierta qué está bien y qué no es mi profesora. Lo otro son sugerencias,
sí, pero he tenido que aprender a aceptar las críticas de mis compañeras que están
aprendiendo igual que yo, cosa que está bien pero que preferiría no tener que
haber hecho.
El día de mañana espero poder disponer de un espacio en mi
aula con una biblioteca infantil creada a mi gusto y siempre teniendo en cuenta
las necesidades de los niños.
Espero también poder ser una gran maestra, que los niños estén deseado que llegue la hora del cuento para escucharme o para escucharse entre ellos, que se acuerden de los cuentos que les contaba o leía su maestra Ana.
Espero también poder ser una gran maestra, que los niños estén deseado que llegue la hora del cuento para escucharme o para escucharse entre ellos, que se acuerden de los cuentos que les contaba o leía su maestra Ana.
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